Iglesia de Santa María
Del siglo XII, de estilo románico aunque posteriormente, en el siglo XIII, aparecen reformas de estilo mudéjar. Tiene un retablo renacentista con pinturas y talla de la Virgen del Niño, de estilo hispano-flamenco del siglo XV.
Ermita del Santo Cristo de la Guía
Erigida sobre un humilladero del siglo XVI.
Bodegas Cerrateñas
Estas son donde se almacena el caldo o reposaderos, templos hipogeos para el fermento, “las bodegas” gozan de merecida fama, ya que su temperatura constante, sus condiciones en el grado de humedad son las propias para conservar los caldos de la tierra, no muy nobles, pero de buen paladar y que además, bien acompañados, entran bien en la convivencia de las buenas gentes del lugar, a la luz de un candil.
Las bodegas son mundo mágico, mentidero popular, disculpa para romances, traspiés y trompicones en el regreso. Las bodegas han sido el parlamento y cámara baja del acervo popular, lugar para abrir o cerrar tratos. En ellas no hay forasteros. Es un aditamento mças a clasificar dentro de nuestra arquitectura popular, caracterizando a los pueblos y paisajes de nuestra Tierra de Campos y del Cerrato; las unas excavadas en las arcillas Miocénicas, las otras en los yesos y margas.
¿Cuántos lechazos y otros manjares habrán sido inmolados en el ritual festivo-social del “ir a las bodegas”? Sería de lamentar que esta costumbre, clasificada dentro de nuestro “Buen hacer”, se perdiese con el tiempo. Esa invitación casi tópica de las gentes de nuestros pueblos que te dicen: ¡ a ver si va usted a verme y subimos a las bodegas ¡ Queriendo decirte con eso el anfitrión que te va a enseñar su “Santa Santorum”, haciéndote participar de él.
Y es que, volviendo sobre lo antes escrito, a las bodegas ¡hay que subir! Normalmente están más arriba del pueblo, si éste está emplazado en una ladera y si en un valle, se buscaron unas lomas cercanas para horadarlas y propiciar a la sangre de la uva…